A lo largo de la vida uno se la pasa escalando montañas, cada meta que nos fijamos es una montaña que debemos escalar, cada logro que tenemos es como estar en la sima de la montaña.
Pero al realizar este hecho de manera literal, el poderlo realizar da una satisfacción tan grande, que a pesar del dolor físico que este hecho produce, la alegría de lograrlo supera todo lo demás.
El sábado fuimos de paseo a ver a las Mariposas Monarca, mi mamá, hermana, los peques de la guardería y yo. Fuimos a Piedra Herrada Santuario de las mariposas Monarca, junto a Valle de Bravo. A convivir y conocer mas de la naturaleza, ya que como nos dice mi hermana (los viajes ilustran) y la verdad, estos dos últimos paseos nos han ayudado tanto a los enanos y a mí, que ahora comprendo un poco mejor a mi hermana y por que le gusta tanto viajar y conocer; el adquirir ese conocimiento que solo obtienes estando en los lugares, por que lo obtenemos a través de nuestros sentidos.
Para entrar al Santuario de las Mariposas Monarca, hay que caminar 2,5km de pura subida, pero para facilitarte un poco el camino a los visitantes, te alquilan caballos que te llevan hasta arriba, así que como el tiempo apremiaba y ya era un poco tarde si queríamos verlas en su máximo esplendor había que ir a caballo; los pequeños muy felices montaron sus caballos Paty y principal mente mi mamá tuvo que vencer su miedo, armarse de muchisimo valor y subirse al caballo.
Y lala, que pasó con lala? se preguntaban los chiquillos. Lala al no ser una persona muy ágil y que su confianza en los extraños es nula, no pudo subir al caballo, pero tampoco me podía que dar ahí esperando así que a paso de lala con ayuda de dos buenos bastones y el ánimo que me daba la gente, subí la montaña, sude la gota gorda (de manera literal) ni yo lo podía creer, solo me decía un poco más, hasta que encuentres a tus enanos de regreso, siempre han sido mi motor e inspiración; hay que ver como están, no te puedes quedar ahí esperando, así que pensando en ellos mi ma y mi hermana, seguí caminando, al ver como me daba ánimo la gente y veían el esfuerzo que estaba haciendo, fue el espejo de mi vida diaria, todo los días escalo la montaña al trabajar con mis peques, con mis limitaciones, con mis bastones(mi familia), al ver el entusiasmo con el que hacemos el trabajo, el ánimo de la gente,(papitos, familiares, amigos), fue lo mismo, sentí una gran alegría por eso.
Ya cerca del Santuario venían mis peques de regreso, traviesos como siempre montando su caballo, lala!!!!!!! subiste me dijeron. Así que ellos bajaron y yo llegue con las Mariposas, es una cosa hermosisima, solo estuve poco tiempo ya que los demás ya iban de regreso había que apurar se y por raro que paresca la bajada fue mas difícil para mi que la subida ya que la tuve que hacer mas rápido y forzar mas las piernas. la guía fue muy amable y nos ayudo bastante, y así fue como escale la montaña, el dolor de piernas todavía me va durar un rato pero la alegría de haber subido me quedará para siempre,Gracias hermana por enseñarnos a viajar y conocer un poco del mundo que tanto amas, hasta la próxima!!!!!!!!!!!!!!!